El asesino V

Sin saber que responder a Lezah me levanté sonriendo, tratando de no pensar mas en lo que había ocurrido, ahora solo quería dormir, pero bloody y lezah seguían detrás de mi, murmurando, conversando, haciendo que recordara todo de nuevo...

Entré en mi habitación y cerré con llave, no queria que nadie me molestara ahora, no era el momento. Al poco tiempo me encontraba recostada pero aunque estaba muy cansada no podía dormir, todo lo que había pasado me tenía nerviosa, las cosas que vi y el tiempo en que habían pasado, era todo muy extraño, sería posible que me estuviera volviendo loca??

Y fue entonces que noté algo especial, el pedazo de tela azul, no estaba en mis manos, me levanté apresueradamente a buscarlo, ese pedazo de tela era pa única prueba de que no estaba loca, busqué por todos lados y nada, ni rastro de él, empecé a desesperarme.

La puerta se abrió poco a poco haciendo un ruido espantoso, me congelé donde estaba. Había cerrado la puerta con llave, de verdad me estaba volviendo loca. Mi corazón latía a toda prisa y sentía unas manos rodear mis brazos, mi primera reacción fue huir pero no pude hacer nada.

Quise gritar pero me llene de valor y giré a toda prisa para ver quien era, suspiré aliviada al descubrir que se trataba de Howl, sin pensarlo dos veces me arrojé a sus brazos y ahi lloré todo lo que necesitaba, el solo esperó a que yo me calmara...

Agradecía tener un amigo como Howl, el había sacrificado mucho por mi, estar casado conmigo sin amarme era la prueba de ello, y la verdad lo había extrañado en esta ausencia tan larga. Había empredido uno de sus viajes para buscar plantas exóticas para pociones y ni se había enterado de lo que me pasaba.

Lentamente me soltó ahora que estaba mas calmada, le expliqué lo que pasaba y el me miraba con esos ojos intimidantes que tenía, al final solo asintió, prometió ayudarme aunque no sabía bien como y salió del cuarto. Me quedé mirando al techo un poco mas tranquila, que Howl esté en el castillo me daba paz, saber que si pasaba algo podía correr a su estudio y buscarlo me llenaba de paz.

El día transucrrió lento, Lezah vino a verme con un poco de sopa que ni siquiera tomé, mis hermanas hablaban afuera de mi habitación pero nadie mas entraba, solo las niñas lo hacían y bloody me miraba desconcertada, mientras lezah solo esperaba respuesta a su pregunta, pero no podía hablar, no podía decirle a ella lo que había visto, no podía decirle a nadie o creerían que perdí la cordura.

Permanecí en silencio todo el día, solo escuchaba el ir y venir habitual del castillo pero nada que me dijera que lo que había pasado se volviera a repetir. Aquella alucinación se había llevado toda mi noche, aunque yo solo había visto unos minutos de ese mundo desconocido y esa mujer extraña, me había tomado horas recobrar la conciencia o quizá había tomado minutos, pero abrir los ojos me había costado mucho...

Al fin llegó la noche, alguien tocó a mi puerta y asustada me senté a ver quien era. Howl entró con un montón de frascos de vidrio, unos libros antiguosy tras de el, Sybill.

-Vamos a ayudarte-anunció Howl en voz baja.

-Gracias- dije suspirando aliviada.

No entedía porque tanto misterio para ayudarme, Sybill me dijo en voz muy baja que Law había ordenado no usar magia ni pociones para ayudarme, todo eso podía interferir y hacerme enloquecer definitivamente y nadie quería verme así.

Pero dadas las circunstancias no tenían alternativa, Howl preparaba algo en su mortero mientras murmuraba la suerte que tenía de que encontrara aquella planta al volver a casa, de lo mucho que serviría y mientras Sybill tomaba mi mano para tranquilizarme.

Neko descansaba a mis pies, ronroneando como siempre pero miraba atenta a su alrededor, como si esperara algo, agradecí que incluso el gato quisiera ayudarme con esto...

Al fin Howl murmuró algo, me pareció entender que esperaba que todo saliera bien, pero no estoy segura, Sybill solo asintió y puso su mano en mi frente de manera gentil, haciéndome recostar y despacio murmuró en mi oído.

-No podemos hacerte volver a donde estabas porque no sabemos con exactitud donde era ni en que tiempo era, pero si podemos ayudarte a sacar información de todo lo que ya has visto- anunció mi hermana sonriendo.

Howl se acercó despacio a mi sonriendo, me hizo una seña para que tomara el frasco que tenía en la mano y de mala gana acepté tomarlo. Por experiencia propia ya sabía que aquellas pócimas no tenía buen sabor, Howl siempre probaba de todo en mi para poder quitarme aquella extraña maldición que pesaba sobre mi.

Bebí lentamente el contenido haciendo caras por lo amargo de la preparación y enseguida sentí como mi lengua se adormecía y poco a poco mi garganta le seguían, sentí hormigueos extraños en mis piernas y brazos y mi corazón empezó a latir a un ritmo muy lento.

Miré con horror a Howl sin saber que había hecho, el pareció adivinar mis pensamiento y de inmediato empezó a explicarme.

-Te he dado una combinación de hierbas que me ayudará a inducirte a un sueño profundo, pero sin llegar a la inconciencia, es decir que podré guiarte por tu subconciente y serás capaz de responder a mis preguntas y así sabremos que has visto- dijo Howl acariciando mi frente.

Traté de asentir pero me fue imposible asi que solo me limité a pestañear, Howl sonrió y se sentó a mi lado, mientra Sybill aún tomada de mi mano, comenzaba a darme instrucciones.

Me pidieron que me relajara, que no pensara en nada que no fuera lo sucedido en la visión, el latido de mi corazón parecía tranquilizarme y adormecerme, aunque lo escuchaba con fuerza en mí, era una sensación extraña, pero reconfortante.

Lentamente sentí como mi cuerpo perdía voluntad, como perdía noción de mi alrededor y solo escuchaba la gentil voz de Sybill y las preguntas de Howl. Les conté que veía el castillo, que aquella chica jugaba y conversaba con alguien, que su nombre era Dalia y de pronto se hizo un silencio totalmente aterrador.

Pensé que me había perdido en ese tiempo, no escuchaba la voz de nadie, no podía moverme, solo veía a la chica corriendo y riendo, y sabía ya que la visión había terminado, me preparé para lo que fuera, quedarme ahi o volver, Sybiil y Howl deberían guiarme de vuelta, solo podía confiar en eso.

Al poco escuché la voz de Howl guiarme como había imaginado, pero su voz era entrecortada, como si estuviera angustiado, y la visión cambió. La chica giró y dejó de reír, eso era nuevo.

Parecía que me miraba y en sus ojos había reproche... Empezó a llorar desconsoladamente y corrióen dirección contraria a mi, parecía asustada por mi presencia, me pareció irónico pero no pude reír. Howl me guió de vuelta a este tiempo a mi cuerpo a mi habitación.

Al abrir los ojos, noté que la tensión que había sentido en la voz de Howl era real, sus ojos estaban perdidos en algún recuerdo y Sybill me miraba algo intrigada también.

-¿Y bien?- inquirí nerviosa, ya que nadie decía nada y yo necesitaba saber.

-No creí posible que esto pasara, no a ti, no ella...- murmuró Howl y lo miré desconcertada.

-Tu... ¿Tu sabes quien... es ella?- dije en voz muy baja, como temiendo que me escuchara aquel espectro.

Howl asintió levemente, suspiró y se levantó. Dejándome llena de dudas y rabiosa por su actitud, pero no me extrañaba en el, aunque si estaba dolida por esa falta de consideración.

-¿Tu sabes quien era ella?- dije a Sybill, esperando que al menos ella me dijera algo. Sybill asintió.

-No creimos que fuera la misma mujer, pero tu nos lo confirmaste...- susurró ella, la miré llena de rabia.

-!Dime quien es!- exigí ya sin paciencia y Sybill me miró y suspiró.

-Era la prometida de Howl...-dijo Sybill mirando al suelo, mientras yo sentía mis piernas perder fuerza...


Continuará....